lunes, 22 de septiembre de 2008

Los Celos, que son ? enfermedad? o mucho amor?

"Quienes de nosotros no hemos sentido celos, o hemos experimentado que nuestras parejas nos celen, hay ciertos niveles de celos?, o los celos son uno mismo pero que no se puede frenar?, y que aveces causan risa, unos aveces nos divierten, otros son un lastre y problema para la relacion de pareja, la destruye y enferma y quien lo sufre es el celado asi como el que cela .. leamos esto..."

¿Quién no es celoso?, todos en algún momento de nuestras vidas los hemos experimentado, pero de eso a obsesionarnos hay una gran diferencia.

Como en muchos de los problemas psicológicos, los celos son el inicio y el desencadenante de una situación personal y familiar insostenible. A menudo, es fácil creer que el problema es que la persona es celosa sin más...

Sin embargo, debajo de esta problemática encontramos, como en muchos otros casos:

  • Una baja autoestima (aunque pueda parecer lo contrario).
  • Una dificultad para valorarse a sí mismos.
  • Pérdidas afectivas en la infancia, ocasionadas por padres muy exigentes, poco valorativos de las virtudes de sus hijos y muy críticos.
  • Patrones afectivos mal aprendidos o modelos poco útiles para seguir.

Deterioran la relación de pareja

Los celos no tendrían mayor problema en la relación de pareja si no pasarán de pequeños comentarios, recriminaciones o conductas a evitar. El problema es que pocas veces está controlado y, en muchos casos, el celoso pasa a la acción cuando las cosas no son como él desea.

Las pequeñas recriminaciones pasan a ser exigencias, gritos, peleas, prohibiciones, etc. y la pareja se sentirá atrapada, ya que, en cualquier momento y sin previo aviso, cualquier detalle puede hacer saltar al celoso.

Evidentemente, la relación de pareja se empieza a deteriorar a medida que se pierde la libertad para elegir con quién voy a salir, qué voy a comprar, qué ropa me voy a poner o con quién puedo hablar.

El celoso con ánimo de controlar todos los pasos de su pareja para que no le sea infiel, consigue mantener a ésta como en una cárcel, e incluso los detalles buenos que su pareja tenga con él, serán mal interpretados y llevados al extremo.

Baja autoestima

El historial de críticas y minusvaloración que ha vivido una persona celosa, hace que en su vida cotidiana no pueda apreciar lo que los demás hacen por él y lo interprete siempre como algo que no es para él y que debe haber otro motivo para que se actue así.

Ese motivo habitualmente se encuentra en un posible amante que hay que ocultar y todas las conductas que realice la pareja se reinterpretarán hacia este punto.

El problema esté en la pérdida de autoestima que ha sufrido esta persona a lo largo de su vida y que le hace poco merecedor de cariño o aprecio. En su pensamiento están inculcadas ideas como:

- “No valgo para nada.” - “Nadie puede quererme porque soy un perdedor.” - “Por qué me quiere mi pareja si no lo merezco.” - “Seguro que me está engañando.”

Todo este discurso, mantenido en el tiempo, funciona como una enorme bola de fuego que va engordando y avivándose a medida que van sucediendo acontecimientos que el celoso interpreta como negativos, aunque no lo sean.

Agresividad verbal o física

Cada vez que el celoso interprete que le están engañando, reaccionará de manera agresiva, ya sea verbal o físicamente, con críticas a su pareja, recriminaciones, obligaciones, etc. que solo él será capaz de entender debido a su incoherencia y que los demás verán como un abuso de poder y una falta de respeto, con lo que las discusiones se sucederán una y otra vez

¿Cómo convatir los celos?

Como su actitud se fomentó desde la edad infantil, la actitud de estos sujetos se equipara a la de un niño pequeño, con rabietas, gritos, agresividad, incomprensión e irracionalidad.

Esta problemática es más profunda de lo que parece en un primer momento, pues no se trata de un individuo cabezón que sólo piensa en él, sino que subyace un verdadero problema emocional que necesita tratamiento y reaprendizaje.

Valorar y ser valorado

Hay que tener en cuenta que esta persona no se valora a sí misma y, por lo tanto, una buena opción será intentar valorar todas las cosas que hace bien, resaltándolas día a día.

No es necesario que sean grandes logros, también servirán pequeñas cosas como su participación en tareas domésticas, ayuda para asistir a lugares lejanos en coche, visitas familiares, etc.

También servirá si le valoramos actitudes personales, como ser chistoso, divertido, responsable, trabajador, etc. Podemos hacer un juego familiar en el que todos aporten cosas, hacer listados de las actitudes de cada miembro de la familia en positivo... así se acostumbrará a valorar a los demás y a sentir que los demás también le valoran a él.

¿Qué hacer contra los celos?

Cuando aparece un arrebato, lo mejor que podemos hacer es mantenernos calmados y serenos, preguntarle qué es lo que le ha molestado y cómo podemos mejorar. Así, se sentirá poseedor de la verdad y se relajará. Si nos enfrentamos a él, sólo empeoraremos la situación.

Buscaremos actividades gratificantes para los dos miembros de la pareja, a fin de relajar los ánimos y de fomentar la buena comunicación y los buenos momentos, ya que si entramos en la dinámica de sólo discusión, estamos perdidos.

La realización de actividades gratificantes ayudará a mantener a la pareja unida y a elevar la valía y la autoestima del celoso, al hacer cosas útiles que le relajan y disminuyen su ansiedad.

Si su actitud es pasiva, las ideas negativas serán mucho más recurrentes, ya que la mente no estará distraída y el problema se incrementará.

Si la situación está desbordada y sin control, lo mejor será acudir a un terapeuta que intervenga en el reaprendizaje de nuevas conductas más adaptativas y de nuevos pensamientos más racionales.

Se establecerá un planning de tareas a realizar durante la semana, de refuerzos obtenidos y de castigos por los malos comportamientos, con el fin de mantener y fomentar la conducta sana y extinguir la conflictiva.

Asimismo, se estudiarán los pensamientos distorsionados para desmontarlos y sustituirlos por otros más racionales y maduros, se delimitará el horario en el que se puede discutir y en el que se tiene que disfrutar, para que se sienta obligado a cumplirlo y que la situación no empeore.

Debido a que muchos de sus razonamientos son erróneos y exagerados por su nivel de ansiedad, si se obliga a la persona a retenerlos y no decirlos hasta que llegue su “horario de celos”, muchos habrán desaparecido o se habrán mitigado, con lo que nos evitamos muchos enfrentamientos innecesarios.

Con información de Terra España.

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